Descripción
El primer Dionisus ejecutado a lápiz presenta una tendencia claramente nietzscheana, afirmadora de vida. En él leemos una alusión belicista -Virtud, Guerra, Victoria- que desaparecerá en este segundo ‘Dionisus’, de tendencia guenoniana.
De cualquier modo los dos Dionisus coinciden en la representación de esta divinidad griega que, según explica Nietzsche es la afirmación de la vida en grado sumo, tanto en su aspecto más dulce como en su vertiente más dura i amarga.
El Dionisus es un tributo a la fervorosa multiplicidad creativa a través de las cuales se manifiesta la vida. Es una afirmación de su potencia desbordante, el catalizador de unas fuerzas vitales que aparecen dispersas y fragmentadas a nuestros ojos. Por esta razón el dios aparece revestido de flores y frutos. Emanan de él, son la concreción -la individuación- de sus posibilidades latentes como fuente de vida que es.
La cabeza, con la disposición de sus hojas, simula una corona, simbolizando que Dionisus es el rey de la naturaleza.
El hecho de que el personaje aparezca entre edificios de estilos arquitectónicos distintos responde a la mirada humana del asunto en cuestión. Los edificios -todos ellos son partes de templos- son la imagen, la representación, que la humanidad ha ido construyendo a lo largo de los siglos para rendir culto a la divinidad. Es la parte visible y externa de un culto destinado a aquello que permanece oculto.
La reivindicación del Dionisus es también una reivindicación de este cambio de tendencia, más consciente de lo que implica el símbolo -a diferencia del Dionisus a lápiz, el Dionisus 2.0 se enmarca de lleno en la Transfiguración-.
Detalles de la Obra
Autor: | Mitus |
Fecha: | 2013 |
Dimensiones: | 195 x 130 cm. |
Técnica: | Óleo sobre tela |